sábado, 27 de julio de 2024
jueves, 4 de julio de 2024
Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz.
¡Cómo no asombrarse al contemplar un amanecer en las montañas! Cuando todavía está oscuro, las estrellas brillan en la pureza del aire fresco. Luego un ligero resplandor aparece en el horizonte y aumenta poco a poco, hasta que una pequeña luz atraviesa la niebla. Entonces aparece el sol en todo su esplendor e ilumina todo, llenándolo de calor. Tal espectáculo nos habla de Dios, como lo muestra el Salmo 19:
“Los cielos cuentan la gloria de Dios”: la inmensidad del cielo, la multitud de estrellas proclaman la grandeza de Dios y lo que él hizo: “la obra de sus manos”.
Es un lenguaje silencioso: “No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz”.
Este mensaje se da sin interrupción, alternando días y noches, y es para todos los hombres, “hasta el extremo del mundo”.
Cuando amanece, solo el sol es visible en el cielo. Su luz hace desaparecer las estrellas. Es como un trabajador activo, obedeciendo las leyes de Dios. Nada se esconde de su calor: derrama luz y vida sobre la tierra, dando testimonio ilimitado de los beneficios de Dios (Hechos 14:17).
La naturaleza interpela a todo ser humano, desde el niño hasta el anciano, desde el más ignorante hasta el más culto. Y esta voz nos hace responsables de dar gloria a Dios y agradecerle (Romanos 1:20).
miércoles, 3 de julio de 2024
Hace poco una cruz fue retirada de la plaza de un pueblo francés. En otro lugar, una cadena de supermercados retocó las fotos de algunos de sus embalajes para eliminar la cruz…
¿La cruz molesta?
En todo caso, nos interpela a todos. ¡Es el tema central del evangelio! El apóstol Pablo dijo a los creyentes de Corinto: "Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado" (1 Corintios 2:2). Pero, ¿quién es Jesús para mí? ¿Un hombre que murió como mártir, al igual que tantos otros que sufrieron la crueldad de los hombres? ¿O es mi Salvador, el Hijo de Dios que murió por mis pecados y luego resucitó para que yo pudiera ser justificado ante Dios?
Es muy importante reflexionar sobre este tema. La cruz nos pone ante una decisión fundamental que orienta nuestra vida y determina nuestro futuro eterno. Jesús es el Hijo de Dios; se hizo hombre para dar su vida en sacrificio, para cargar con los pecados de todos nosotros. Pero solo los que creen en él reciben el perdón de sus pecados. Los demás serán juzgados y condenados por Dios.
El indiferente, el que piensa que esto no le concierne, será puesto en el rango de los que crucificaron a Jesús. No intente borrar de su memoria el recuerdo de la obra de la cruz, pues ¡Jesús también murió por usted!
martes, 2 de julio de 2024
Los que viven saben que han de morir.
Desde el punto de vista biológico, cada instante de nuestra vida estamos muriendo. Pero no nos gusta recordar esto, porque se acerca el día en que efectivamente moriremos. En esta tierra se hace todo lo posible para tratar de olvidar este final de la vida. Nos desgastamos en el trabajo, nos dispersamos en mil actividades, nos aturdimos en el ocio… Pero el hombre será conducido “al rey de los espantos” (Job 18:14). Aunque la esperanza de vida aumenta en muchos países, el ser humano sigue siendo impotente ante la muerte, y no puede evitarla. ¡Es aterradora para los que no se han reconciliado con Dios, por eso evitan pensar en ella!
El contraste es grande para el creyente que sabe que la muerte ha sido vencida: Jesús “quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Timoteo 1:10). Para el creyente, la muerte es el sueño del cuerpo, mientras el alma va a la presencia del Señor. Incluso podemos decir como el apóstol Pablo: “Más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios 5:8). Aunque sepamos que nuestro cuerpo se consume día a día, nos animamos y podemos confiar en las promesas divinas: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4).
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia” (Eclesiastés 12:1-2).
lunes, 1 de julio de 2024
Como enfermera, me gustaba hablar de Jesús y de su amor a mis pacientes. Cierto día uno de ellos me dijo:
–Jesús no me quiere: soy demasiado malo, espero no morir todavía.
–Yo también lo espero. Pero si pones tu vida en orden con Dios, Jesús te llenará de su paz. ¿No conoces la historia del malhechor que fue crucificado junto al Señor Jesús?
En ese momento entró su mujer. Al ver a su marido incómodo, me dijo:
–No quiero que le hablen de religión, eso le molesta.
Tres días después el paciente murió. Más tarde conocí a su hijo, quien me dijo: A mi padre le hubiese gustado volver a verte, pero mi madre no quiso. Tuve que leerle varias veces la historia del criminal crucificado. Nunca se cansó de escucharla. El domingo por la mañana me dijo: «Hijo mío, ahora todo está en orden, estoy en paz. Jesús ha cargado con mis pecados. ¡Démosle gracias juntos! Entonces oró conmigo, y poco después se fue en paz».
Y usted, ¿ha leído la historia de los dos criminales que fueron crucificados junto a Jesús? Uno de ellos se burló de Jesús, pero el otro le dijo: "¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:40-43).
domingo, 30 de junio de 2024
jueves, 20 de junio de 2024
sábado, 25 de mayo de 2024
domingo, 10 de marzo de 2024
DE ADENTRO HACIA AFUERA
domingo, 3 de marzo de 2024
Hechos 10:38 en cuanto a Jesús de Nazaret: cómo le ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Asamblea de Dios Punta Alta
Domingo 03-03-24
Predica: Ricardo Roth
domingo, 25 de febrero de 2024
LA GRAN MISERICORDIA DE DIOS
viernes, 23 de febrero de 2024
Después de la muerte de Lázaro, Jesús emprendió un viaje a Betania, el hogar de Lázaro. Significativamente, cuando Jesús informó a sus discípulos que Lázaro había muerto, simplemente dijo que su amigo estaba dormido "mas voy para despertarle” (Juan 11:11).













